La llave de acceso a los Tesoros del Cielo Parte 1: Administrar el Tiempo

Hay algo sencillo que he estado aprendiendo y quiero compartirles este versículo para tener acceso a los tesoros del cielo. Otra versión dice “quién les confiará los verdaderos tesoros, los verdaderos tesoros del cielo”:  Es decir, hay tesoros terrenales que nos toca administrar y ser fieles para entonces tener acceso a los tesoros verdaderos, los eternos, los que de verdad valen. Los tesoros o lo que nos toca administrar correctamente a nosotros aquí son 2 cosas: el tiempo y el dinero. Si administramos bien el tiempo y el dinero, Dios nos va a dar el tesoro de los cielos que es la gente. Las personas son el tesoro más valioso para Dios.  Las almas de las personas es lo que es eterno.

Vamos a tratar el tema de "el  Tiempo" en este artículo.  El tiempo es finito y lo tenemos que aprender a administrar. Si queremos que Dios nos prospere en el sentido de entregarnos a las personas que El nos quiere confiar, que a nuestras iglesias lleguen las personas que van a ayudarnos, así como las personas que Dios quiere que sirvamos, que restauremos, que levantemos, tenemos que aprender a administrar muy bien nuestro tiempo y el de las personas también.  En Jeremías y en Ezequiel, vemos repetidas veces cómo Dios está reclamando a los pastores de Israel porque se han perdido, se han ido tras otras cosas, siguiendo sus propias avaricias o sus propios deseos; el tipo de líderes que están deseando recursos para su propio beneficio y no les importa la gente.

Dentro del manejo de nuestro tiempo, tenemos que contemplar varias cosas:

• 1.  El tiempo que dedicamos a Dios. El tiempo con Dios es tan importante, que deberíamos tomarlo tan serio como la cita más importante que podamos tener en una semana. Si tuviéramos una cita con el presidente de la compañía o con el presidente de la nación o con alguien muy importante, lo ponemos y marcamos en nuestro calendario, lo apartamos y movemos todo alrededor de eso porque es intocable. Nosotros no podemos tener el grado de comunicación con Dios que necesitamos si no respetamos el tiempo que tenemos que pasar con El. Debemos apartar y consagrar un tiempo exclusivamente para El donde le adoremos, donde escudriñemos su Palabra, donde le pedimos que queremos escuchar su voz y sus instrucciones.

1. 2.  Debemos respetar el tiempo de las personas con las cuales servimos, la gente con la cual compartimos. No debemos usar más tiempo de la gente del que es necesario, porque entonces estamos robándoles tiempo que podrían estar usando para otra cosa. No debemos extender las cosas más, ni tampoco podemos acortarlas. Hay ocasiones en que la gente y las situaciones requieren de tu tiempo y tenemos que ser generosos y buenos administradores del tiempo que le damos a alguien. Si estamos haciendo lo que Dios nos envió a hacer, de alguna forma veremos cómo El va proveyéndonos los recursos.  No tenemos que dedicar 30 ó 40 % de nuestro tiempo, esfuerzo, mensaje, espacio al aire, o actividades para recaudar dinero.

1. 3.  El tiempo que dedicamos a nuestra familia también es sumamente importante. El tiempo que pasamos con nuestra familia debe ser de calidad. Debemos apartar tiempo para salir, para descansar, para compartir; ese tiempo lo debemos saber administrar y descansar en que Dios proveerá y se encargará de nuestras preocupaciones y necesidades. 

Tenemos que aprender a quitar las cosas que nos quitan el tiempo y si lo administramos y cuidamos bien, entonces, Dios nos va a dar las riquezas del cielo.  La gente necesaria para ayudarnos va a llegar cuando nosotros respetemos el tiempo de las personas, respetemos nuestro tiempo con Dios, respetemos también el tiempo que dedicamos a cosas valiosas. Dios nos dará a personas para que podamos delegar las cosas, pero si nosotros queremos hacerlo todo, no delegamos en nadie, no confiamos en nadie, estamos desordenados con todo lo que hacemos, entonces Dios no nos puede confiar a su gente para que les hagamos la vida complicada.

En resumen, tenemos que encontrar un balance y darle el tiempo necesario a cada cosa porque nuestro objetivo no es predicar un gran mensaje.  Nuestro objetivo es que las personas aprendan la Palabra de Dios y lo puedan aplicar en sus vidas; que las personas se encuentren con Jesús, salgan con algo que puedan poner en práctica y que reciban un toque del Espíritu Santo.

En el siguiente artículo estaremos tratando de otro tesoro: El dinero. Presiona aquí para leerlo.